viernes, 13 de noviembre de 2009

Lejos de casa


A 900 km de tu sitio y pareces extranjero.
Al principio llegas como una persona renovada que quiere conocer y disfrutar. Y así es. Disfrutas, conoces y estas a gusto mientras haces cosas nuevas. Pero siempre te falta ese bar para tomar una caña. O cada vez que quieres ese donuts tan rico no encuentras la panadería adecuada. No sabes a quien llamar para quedar y siempre te pierdes cuando coges el coche. Todo te parece más caro y la gente es más borde.

Ahí, ese es el momento en que empiezas a adaptarte y a saber que estas fuera de tu sitio de lo que siempre has mamado y que te tienes que acostumbrar. Encuentras un nuevo bar, nueva gente y sitios por donde salir. Descubres una panadería superchula...y empiezas a saberte las calles. Te sientes bien pero sigue faltándote ese no se que y esa cosa que no sabes que es pero te hace falta. Solo 900 km y adaptarse es difícil. Menos mal que no vine solo y tener un apoyo es bastante importante porque todo se lleva mucho mejor.

Pero aún así se os echa de menos a todos vosotros los de siempre, los del fútbol, los de la facultad, los del barrio y la familia. Un abrazo para todos vosotros.


El hombre a golpe de maza se hace.

1 comentario:

DeiBiZ dijo...

Conseguir la felicidad consiste en ocasiones en sacrificar algunas cosas, a la larga puede que sigas sin saber que es eso que te falta en tu nueva ciudad, pero por otra parte habrás encontrado mucho más en tu nuevo lugar. Seguro.
Un saludo.